viernes, 5 de julio de 2013

DON NICOLA BUX. DERRUMBE LITÚRGICO Y CRISIS ECLESIAL

El conocido teólogo y liturgista italiano Don Nicola Bux fue uno de los grandes expositores del reciente Congreso Sacra Liturgia 2013, realizado en Roma. El día 27 de Junio impartió una conferencia sobre La catequesis litúrgica y la nueva evangelización, señalando el rol principalísimo que la liturgia ha de jugar en la nueva evangelización. Don Bux es un gran conocedor del pensamiento litúrgico de Benedicto XVI y uno de los grandes promotores de la llamada reforma de la reforma iniciada en el anterior pontificado. He aquí el resumen, presentado por Sacra Liturgia 2013, de su intervención: 

  Conviene preguntarse: ¿el hombre moderno es capaz de entender la liturgia católica? ¿De comprender que en ella el “Cielo desciende sobre la tierra”, el misterio se hace encontrar y tocar? El hombre moderno vive en el inmanentismo, en el materialismo, pero al mismo tiempo advierte la insatisfacción, el deseo de salir de esta trampa, de encontrar una solución a esta situación y entonces es necesario hacerle vislumbrar una posibilidad de respuesta a la pregunta que lleva dentro de sí. La liturgia es la respuesta al deseo de hallar el sentido de la vida, de acercarse en cierto modo al misterio, casi percibirlo y ser, en cierta manera, envuelto, inmerso en el misterio: esto es lo que toca al ser humano, lo que evoca en el ánimo humano la nostalgia de absoluto, de lo divino. Jesús ha revelado a Nicodemo su naturaleza divina y humana: «Nadie ha subido al cielo, sino aquél que ha bajado del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo» (Jn 3,13). Al mismo tiempo, ha revelado el fin de su venida al mundo: dar la vida eterna y la salvación (cfr. Jn 3,15-17), hacer sí que el ser humano y el cosmos alcancen a Dios; por esto, entonces, debía abrir un paso, ofrecer una escala para subir, para llevar a cabo la ascensión hacia Dios.

  La crisis eclesial puesta de manifiesto en el post-concilio depende del derrumbe de la liturgia. Sucede que muchos cristianos que participan en la liturgia se ven constreñidos no por la ley de la Iglesia universal, sino por las ‘liturgias creativas’ de una determinada diócesis, parroquia o grupo que van contra las normas de la Constitución Litúrgica. Ahora, como viene a recordar con franqueza Benedicto XVI: “Redescubrir y apreciar la obediencia a las normas litúrgicas por parte de los Obispos, como moderadores de la vida litúrgica de la Iglesia, significa dar testimonio de la Iglesia misma, una y universal, que preside en la caridad”.

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