martes, 31 de diciembre de 2013

UN ENCOMIO APASIONADO A LA MADRE DE DIOS

(De San Cirilo de Alejandría)
- Dios te salve, María, Madre de Dios, Virgen Madre, Estrella de la mañana, Vaso virginal.
- Dios te salve, María, Virgen, Madre y Esclava: Virgen, por gracia de Aquél que de ti nació sin menoscabo de tu virginidad; Madre, por razón de Aquél que llevaste en tus brazos y alimentaste con tu pecho; Esclava, por causa de Aquél que tomó forma de siervo. Entró el Rey en tu ciudad, o por decirlo más claramente, en tu seno; y de nuevo salió como quiso, permaneciendo cerradas tus puertas. Has concebido virginalmente, y divinamente has dado a luz.
- Dios te salve, María, Templo en el que Dios es recibido, o más aun, Templo santo, como clama el Profeta David diciendo: santo es tu templo, admirable en la equidad (Sal 64, 6).
- Dios te salve, María, la joya más preciosa de todo el orbe; Dios te salve, María, casta paloma; Dios te salve, María, lámpara que nunca se apaga, pues de ti ha nacido el Sol de justicia.
- Dios te salve, María, lugar de Aquél que en ningún lugar es contenido; en tu seno encerraste al Unigénito Verbo de Dios, y sin semilla y sin arado hiciste germinar una espiga que no se marchita.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien claman los profetas y los pastores cantan a Dios sus alabanzas, repitiendo con los ángeles el himno tremendo: gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad (Lc 2, 14).
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien los ángeles forman coro y los arcángeles exultan cantando himnos altísimos.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien los Magos adoran, guiados por una brillante estrella.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien es elegido el ornato de los doce Apóstoles.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien Juan, estando aún en el seno materno, saltó de gozo y adoró a la Luminaria de perenne luz.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien brotó aquella gracia inefable de la que decía el Apóstol: la gracia de Dios, Salvador nuestro, ha iluminado a todos los hombres (Tit 2, 11).
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien resplandeció la luz verdadera, Jesucristo Nuestro Señor, que en el Evangelio afirma: Yo soy la Luz del mundo (Jn 8, 12).
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien brilló la luz sobre los que yacían en la oscuridad y en la sombra de la muerte: el pueblo que se sentaba en las tinieblas ha visto una gran luz (Is 9, 2). ¿Y qué luz sino Nuestro Señor Jesucristo, luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo 
(Jn 1, 29).
- Dios te salve. María, Madre de Dios, por quien en el Evangelio se predica: bendito el que viene en el nombre del Señor (Mt 21, 9); por quien la Iglesia católica ha sido establecida en ciudades, pueblos y aldeas.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien vino el vencedor de la muerte y exterminador del infierno.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien se ha mostrado el Creador de nuestros primeros padres y Reparador de su caída, el Rey del reino celestial.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien floreció y resplandeció la hermosura de la resurrección.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien las aguas del río Jordán se convirtieron en Bautismo de santidad.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien Juan y el Jordán son santificados, y es rechazado el diablo.
- Dios te salve, María, Madre de Dios, por quien se salvan los espíritus fieles.
- Dios te salve, María, Madre de Dios: por ti las olas del mar, ya aplacadas y sedadas, llevaron con gozo y suavidad a los que son, como nosotros, siervos y ministros”  

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