domingo, 29 de septiembre de 2013

LA PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LOS ÁNGELES EN LA MISA

Hoy, fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, recojo este hermoso texto del teólogo Erik Peterson sobre la participación de los ángeles en la vida litúrgica de la Iglesia. En realidad ellos forman ese pueblo invisible siempre presente en todo acto de culto a la divina majestad. ¡Qué indignación deben sentir estos celosos glorificadores de Dios, cuando presencian una liturgia impropia de nuestro común Creador!

“Pero podemos decir lo mismo de la Sagrada Eucaristía. También aquí debemos constatar dos cosas: o bien el Ángel interviene directamente en la acción litúrgica, o bien se le concibe como presente en la Misa. El más importante testimonio de la primera representación es la petición del Canon de la Misa romana: “Que sean llevados estos dones por las manos de tu santo Ángel a tu sublime altar (del cielo), ante la presencia de tu divina Majestad”. Hay ciertas analogías en la liturgia mozárabe: “Para que recibamos por las manos de tu santo Ángel estos santos dones” o también: “Estos dones que Tú has aceptado y santificado comunícanoslo por tu santo Ángel veloz” y también: “Haz que los dones de este sacrificio sean santificados por las manos de tu Ángel”, etc.
En cuanto a la misa galicana, tenemos el testimonio del obispo Germano (?) el cual afirma a propósito de la Misa de la vigilia pascual: “En efecto, el Ángel de Dios desciende al altar sobre los dones separados como sobre el sepulcro y bendice la hostia del mismo modo que el Ángel que  anunció la resurrección de Cristo”. Por último, en la Iglesia de Oriente hay análoga representación: En el texto de la liturgia de San Marcos que ya conocemos, el sacerdote pide a Dios que acepte los dones “sobre su altar sagrado, celeste y espiritual en la inmensidad del cielo por el ministerio de los Ángeles”. Se ha creído poder explicarlo partiendo de aquí el Ángel del Suplices de la Misa romana. Pero esto sigue siendo problemático. Lo que es cierto es que en las Misas orientales como en las occidentales, se trata de una intervención del Ángel en la acción eucarística.

Junto a esto hallamos la segunda representación: los Ángeles están presentes en el altar del sacrificio durante la celebración de la Sagrada Eucaristía. Cuando el sacerdote avanza hacia el altar para ofrecer a Dios el sacrificio incruento, “Ángeles rodean al sacerdote; todo el santuario y el espacio que circunda el altar están llenos de ejércitos celestiales en honor de Aquel que está sobre el altar”. Así habla San Juan Crisóstomo en su tratado del sacerdocio. Y para corroborar su afirmación añade que a esos Ángeles se los vio en una visión “en torno al altar inclinándose hacia la tierra como se ve los soldados que están en presencia del rey”. El Occidente afirma algo semejante. Según San Ambrosio, no hay duda de que “un Ángel está presente cuando Cristo es inmolado” y San Gregorio Magno explica en sus Diálogos: “¿Qué fiel puede, por tanto, dudar que, en el mismo momento de la inmolación, los cielos se abren a la voz del sacerdote; que, en este misterio de Jesucristo, los coros angélicos están allí presentes, que los seres superiores comparten con los inferiores sus prerrogativas, que los seres terrestres están unidos con los celestiales y que lo visible sólo forma una cosa con lo invisible?”  Y el armenio Juan Mandakuni dice en sus Discursos: “¿No sabes que en el momento en que el Santísimo Sacramento viene al altar se abren los cielos, Cristo desciende y llega; que legiones de Ángeles vuelan del cielo a la tierra y rodean el altar donde está el Santísimo Sacramento del Señor y todos quedan llenos del Espíritu Santo?”. (Erik Peterson, El libro de los ángeles, Madrid 1957, p. 80 a 83).

viernes, 27 de septiembre de 2013

UN BALANCE A SEIS AÑOS DE SUMMORUM PONTIFICUM.

El pasado 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, se cumplieron seis años de la entrada en vigor del Motu Proprio Summorum Pontificum. Por este decreto pontificio Benedicto XVI ofreció nuevamente a todos los fieles de la Iglesia la posibilidad de beneficiarse de todas las riquezas litúrgicas, espirituales y pastorales que se contienen en el misal promulgado por San Pio V. La página italiana cordialiter –blog sobre la tradición católica- publicó un breve y preciso balance de lo que han sido estos seis años, que ahora presento traducido al español.

Sexto aniversario de la liberalización de la misa tradicional

Hoy se cumple el sexto aniversario de la entrada en vigor del Motu Proprio Summorum Pontificum, que ha liberalizado el uso del Missale Romanum de 1962. Sin lugar a dudas, se ha tratado de un acontecimiento histórico que ya está dando, y dará aún más en el futuro, inestimables beneficios espirituales. El antiguo rito ya no es algo que debe ser "tolerado"; es ahora un verdadero derecho de los fieles y sacerdotes. Benedicto XVI ha derribado la "cortina de hierro litúrgica" que durante años ha impedido a muchos católicos poder satisfacer sus propias aspiraciones legítimas.

¿Cómo han transcurrido estos seis años? Para ser sincero, cuando se publicó el Motu Proprio pensaba que los detractores de la misa tridentina se verían limitados a un ostracismo silencioso; pero no me esperaba en absoluto una rebelión tan descarada, llegando a ejercer presiones, amenazas y castigos en contra de los tradicionalistas, y las manifestaciones públicas de disidencia contra el Papa. En fin  ha faltado solo el aceite de ricino para nosotros. Pero ¿cómo es posible toda esta aversión rabiosa hacia un rito sagrado que ha nutrido innumerables almas a lo largo de los siglos? Esto indica que la situación espiritual general es decididamente más grave de lo previsto. Odiar la Misa de San Pío V significa estar a un paso de las tesis de Lutero. Sin embargo, la represión no ha logrado detener el avance de la tradición. Los fieles interesados ​​en la liturgia tradicional se han incrementado exponencialmente, en las librerías se han agotado numerosos textos sobre estas materias, los centros de Misas se han multiplicado de manera espectacular, algunas órdenes religiosas han adherido en masa al rito antiguo, cerca de 300 obispos de todo el mundo católico han celebrado públicamente el Santo Sacrificio de acuerdo con el usus antiquior. Por tanto el balance es netamente positivo, visto que la situación ha mejorado claramente en relación al pasado. Por supuesto, hay que reconocer que hay "focos de resistencia" feroces, pero es imposible que los detractores de la antigua liturgia puedan detener el movimiento tradicional; sería como intentar frenar un río fuera de cauce.

Texto original: http://cordialiter.blogspot.com/2013/09/sesto-anniversario-della.html

martes, 24 de septiembre de 2013

PIEDAD EUCARÍSTICA. ¡TODAVÍA UN POCO MÁS!

Es frecuente en la literatura espiritual ver en María Magdalena un modelo acabado de piedad eucarística. Así como ella rondó y custodió el sepulcro donde fue depositado el cuerpo adorable de Nuestro Señor, con igual perseverancia el alma eucarística ronda y adora el cuerpo de Cristo escondido en el Sagrario, anhelando un poco más de tiempo junto a Él. Escribe al respecto el padre Antonio de Castellammare: 

“Decid a la Magdalena que es ya tarde y es necesario marchar del Calvario y dejar el sepulcro.
  ¿Marchar del Calvario?... ¿dejar solo, absolutamente solo, al adorado Rabboni?... ¡oh Dios, qué prueba!

  ¡Todavía un poco!... ¡todavía un momento!... Es éste el único grito que el alma enamorada, la eucarística Magdalena, lanza delante del sepulcro o del Tabernáculo, del cual es forzada a separarse: ¡Todavía un poco, ¡todavía un momento!” (cf. El alma eucarística, p. 225)

jueves, 19 de septiembre de 2013

INQUIETUDES LITÚRGICAS DEL PAPA BENEDICTO

Cuando observo imágenes de Eucaristías multitudinarias, donde las circunstancias que acompañan dichas ceremonias parecen inducir irremediablemente hacia el campo de lo irreverente, comprendo perfectamente que la sensibilidad litúrgica del papa Benedicto, se cuestionara el sentido y la oportunidad de estas Misas masivas. En cierta ocasión, hablando al clero de la ciudad de Roma, decía:
“…Un gran problema es, en cambio, el de las liturgias en las que participan multitudes de personas. Recuerdo que en 1960, durante el gran congreso eucarístico internacional de Munich, se trataba de dar una nueva fisonomía a los congresos eucarísticos, que hasta entonces eran sólo actos de adoración. Se quería poner en el centro la celebración de la Eucaristía como acto de la presencia del misterio celebrado. Pero inmediatamente se planteó la pregunta: ¿Cómo se puede hacer? Adorar, se decía, es posible también a distancia; pero para celebrar la misa es necesaria una comunidad limitada, que pueda participar activamente en el misterio; por tanto, una comunidad que debía ser asamblea en torno a la celebración del misterio.
Muchos eran contrarios a la celebración de la Eucaristía en público con cien mil personas. Decían que no era posible precisamente por la estructura misma de la Eucaristía, que exige la comunidad para la comunión. También grandes personalidades, muy respetables, eran contrarias a esta solución. Luego el profesor Jungmann, gran liturgista, uno de los grandes arquitectos de la reforma litúrgica, creó el concepto de statio orbis, es decir, se refirió a la statio Romae, donde precisamente en el tiempo de Cuaresma los fieles se reúnen en un punto, la statio. Por tanto, se encuentran en statio como los soldados por Cristo; y luego van juntos a la Eucaristía. Si así era la statio de la ciudad de Roma —dijo—, donde la ciudad de Roma se reunía, entonces esta es la statio orbis. Y desde ese momento tenemos las celebraciones eucarísticas con la participación de grandes multitudes.
Para mí, queda un problema, porque la comunión concreta en la celebración es fundamental; por eso, creo que de ese modo aún no se ha encontrado realmente la respuesta definitiva. También en el Sínodo pasado suscité esta pregunta, pero no encontró respuesta. También hice que se planteara otra pregunta sobre la concelebración multitudinaria, porque si por ejemplo concelebran mil sacerdotes, no se sabe si se mantiene aún la estructura querida por el Señor. Pero en cualquier caso son preguntas". (Palabras del Papa Benedicto XVI a los párrocos, sacerdotes y diáconos de Roma, jueves 7 de febrero de 2008. Lo destacado es nuestro).
Ciertamente, a muchos nos queda este problema. Porque cualquier semejanza entre una desordenada tribuna de concelebrantes (semejante a la de un estadio) con la intimidad del Cenáculo donde se instituyó el Santísimo Sacramento, o con el drama del Calvario que se renueva en el altar, me parece mera coincidencia. Incluso más: los mismos pronombres demostrativos que forman parte de las palabras con las que se consagra el pan y el vino -"esto", "este"- pierden su significación propia al ser pronunciadas por una masa lejana a las especies mismas que se consagran; y más aún si van unidas a un gesto indicativo del brazo al que convendría mejor un "aquello" o "aquel". Imaginando a Sócrates en un supuesto diálogo con algún sofista liturgo ya impaciente, diría: los temas litúrgicos son complejos. Sin duda, y a veces se han tratado con demasiada simpleza.

sábado, 14 de septiembre de 2013

AVE CRUX SPES UNICA

La fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz conmemora el rescate de la Cruz de Cristo, que había sido arrebatada por los persas, por obra del emperador Heraclio. Cuando el emperador, vestido con todas las insignias de la realeza, quiso llevar personalmente el Santo Madero hasta su primitivo lugar en el Calvario, su peso se fue haciendo más y más insoportable. Zacarías, Obispo de Jerusalén, le hizo ver que para llevar a cuestas la Santa Cruz debería despojarse de la pompa real, e imitar la pobreza y la humildad de Cristo, que se había abrazado a la Cruz desprendido de todo. Heraclio vistió entonces humildes ropas de penitente y, descalzo, pudo llevar la Santa Cruz hasta el lugar de donde había sido arrancada por los persas, en la cima del Gólgota. Embellecida por los miembros de Cristo, la Cruz se ha convertido en árbol de la vida y fuente de toda esperanza: ut unde mors oriebatur, inde vita resurgeret; et qui in ligno vincebat, in ligno quoque vinceretur, para que de donde salió la muerte, de allí renaciese la vida; y el que en un árbol venció, también en un árbol fuese vencido (prefacio de la Cruz).

jueves, 12 de septiembre de 2013

MARÍA: ILUMINADA, SEÑORA Y ESTRELLA

Con piedad y paciencia los últimos papas han ido recogiendo lo que la reforma litúrgica postconciliar desechó. Es el caso de la fiesta de hoy, el Santo Nombre de María, que el beato Juan Pablo II, en el 2001, volvió a incluir en el calendario romano; y se lo agradecemos de corazón, porque quisiéramos que el dulce nombre de María no cesase jamás de estar en nuestros labios. A continuación recojo un hermoso extracto del comentario de Santo Tomás de Aquino al Avemaría:

“En la antigüedad era sumamente honroso para los hombres que se le apareciesen los ángeles, y consideraban timbre de gloria haber tenido ocasión de tributarles reverencia. En elogio de Abrahán se escribe que dio hospitalidad a ángeles y les rindió homenaje. Pero que un ángel tributase reverencia a un ser humano jamás se había oído hasta el momento en que saludó a la Santísima Virgen diciéndole respetuosamente: “Dios de salve”.
La razón de que antiguamente fuesen los hombres quienes reverenciaran a los ángeles y no al revés, estriba en el hecho de que los ángeles eran superiores a los hombres, y esto en tres aspectos: Primero, por su dignidad… Segundo, por su intimidad con Dios… Tercero, por la plenitud del fulgor de la gracia divina…
Por tanto, no era decoroso que un ángel tributase reverencia a un hombre hasta que se encontrara en la raza humana una persona que lo sobrepasara en esos tres aspectos. Esta persona fue la Santísima Virgen. Dando a entender que ella sí le aventajaba, quiso el ángel rendirle homenaje, y la saludó diciendo: “Dios te salve”.  Así, pues, la Santísima Virgen sobrepasó a los ángeles en los tres aspectos referidos.
Primero, en plenitud de gracia… Y de tal manera es llena de gracia, que sobrepasa en su plenitud a los ángeles. Por eso con razón se le llama “María”, que quiere decir “iluminada”: El señor llenará tu alma de resplandores (Is 58, 11), y significa además “iluminadora de otros”, por referencia al mundo entero; y se la compara a la luna y al sol.
Segundo, es superior a los ángeles en intimidad con Dios…De tal manera es más íntima de Dios la Virgen Santísima que cualquier ángel, que con ella está Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, es decir la Trinidad completa. Por eso se le canta: “de la augusta Trinidad noble aposento”.
Esas palabras “el Señor es contigo”, son las más excelsas que se le podían haber dicho. Con razón, pues, el ángel reverencia a la Virgen, por ser Madre del Señor, y Señora por tanto. Y le conviene muy bien el nombre de “María”, que en siríaco quiere decir “Señora”.
Tercero, excede a los ángeles en limpieza…La Virgen quedó a cubierto de toda maldición, y por ello, “bendita entre las mujeres”; porque sólo ella conjuró la maldición, trajo la bendición, y abrió la puerta del paraíso. Por este motivo le va el nombre de “María”, que significa “estrella del mar”; como la estrella del mar orienta a puerto a los navegantes, así María dirige a los cristianos a la gloria” (Tomás de Aquino, Collationes super Avemaria).

lunes, 9 de septiembre de 2013

¿QUIÉN NOS LIBRARÁ DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN?

Recomiendo la lectura de un artículo esclarecedor del padre Jorge Enrique Mújica, titulado ¿Han rehabilitado la teología de la liberación? El autor da respuesta al desmedido y confuso despliegue mediático –L’Osservatore Romano incluido- ante el lanzamiento, en Italia, de un libro sobre la teología de la liberación cuyos autores son dos viejos amigos: el dominico Gustavo Gutiérrez y Mons. Gerhard Ludwig Müller, actual prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. (http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=30987). 
Por mi parte, confieso que me extraña la generosidad del diario Vaticano –tres artículos que llenan dos páginas completas de la edición del 4. IX. 2013- para publicitar un modesto libro sobre la teología de la liberación aparecido hace algunos años. Comprendo que es bueno que se conozca la evolución del padre Gutiérrez, desde sus postulados iniciales netamente marxistas hasta sus posiciones actuales netamente más concordes con la fe, aunque no veo mayor mérito en este itinerario, pues continuar haciendo teología con un cadáver no tiene sentido. Del artículo de Mons. Müller destacaría las palabras iniciales: …a noi che siamo qui in Europa, a nosotros que estamos aquí en Europa… En efecto, a muchos que viven en Europa la teología del padre Gutiérrez puede aún impactarles; a nosotros, en cambio, que vivimos en Latinoamérica, testigos cercanos de la odiosidad y resentimiento sociales que por décadas han sembrado los seguidores de esta teología, se nos perdonará no comulgar para nada con ella, por muy licuada que esté. Y es probable que, en buena parte, a ella se deba también el masivo y doloroso éxodo de nuestras gentes, antaño católicas, a las iglesias evangélicas y otras sectas, donde quizá sienten más respetada su dignidad de pobres; nada de extrañar, pues es común en el ideario liberacionista “católico” que la condición del pobre aparezca rebajada a la simple categoría marxista de proletario, siempre fácil de instrumentalizar y manipular con fines políticos o ideológicos. Algo de todo esto debió intuir el agudo pensador latinoamericano, cuando escribió el siguiente aforismo: "-Ocuparse intensamente de la condición del prójimo le permite al cristiano disimularse sus dudas sobre la divinidad de Cristo y la existencia de Dios. La caridad puede ser la forma más sutil de la apostasía". (Nicolás Gómez Dávila). Y también para Francisco, el primer papa latinoaméricano, hombre de Dios y apasionado de los pobres, la teología de la liberación ya quedó sepultada junto con el derrumbe totalitario de los "socialismos reales" que la animaban. (cfr.http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350589?sp=y) 

sábado, 7 de septiembre de 2013

LA NATIVIDAD DE MARÍA: EL DESQUITE DE DIOS

El 8 de septiembre la Iglesia celebra la natividad de María Santísima. He aquí unos hermosos párrafos de una homilía del Venerable Pablo VI, pronunciada el  8-IX-1964; merecen ser meditados en el cumpleaños de Nuestra Señora.  

«La aparición de la Virgen en el mundo fue como la llegada de la aurora que precede al sol de la salvación, Cristo Jesús, como el florecimiento sobre la tierra, llena del fango del pecado, de la más hermosa flor que haya brotado en el devastado jardín de la humanidad.
Es decir, el nacimiento de la criatura humana más pura, más inocente, más perfecta, más digna de la definición que Dios mismo había dado del hombre al crearlo: imagen de Dios, semejanza de Dios, es decir, belleza suprema, profunda, tan ideal en su esencia y en su forma y tan real en su expresión viviente, que deja intuir que tal primera criatura estaba destinada, por un lado, al diálogo, al amor de su Creador en una inefable efusión de la beatísima y beatificante Divinidad y en una abandonada respuesta de poesía y de alegría, como es el Magníficat de la Virgen, y destinada, por otro lado, al dominio real de la tierra.
Aquello que aparecería y se desvanecería miserablemente en Eva, por un designio de la infinita misericordia, podríamos decir casi que por un propósito de revancha –como el del artista que, al ver destruida su obra, quiere rehacerla, y la reconstruye más hermosa aún y más de acuerdo con su idea creadora–, Dios lo hizo revivir en María. “Con la cooperación del Espíritu Santo la preparaste para que fuera una digna morada de tu Hijo”, como dice la oración.
Y hoy, día dedicado al culto de este regalo, de esta obra maestra de Dios, recordemos, admiremos y alegrémonos porque María ha nacido, porque María es nuestra, y porque María nos devuelve la figura de la humanidad perfecta en su inmaculada concepción humana, que está plenamente de acuerdo con la misteriosa concepción en la mente divina de la creatura reina del mundo.
Y María, como nuevo motivo de gozo, de gozo encantador para nuestras almas, no detiene en sí nuestra mirada, sino que la invita a mirar más adelante, al milagro de luz, de santidad y de vida que ella anuncia al nacer y que llevará consigo: Cristo, su Hijo, Hijo de Dios, del que ella misma todo lo ha recibido. Éste es el célebre milagro de gracia que se llama Encarnación y que hoy se nos presagia anticipadamente en María, antorcha portadora de la luz divina, puerta por la que el cielo descenderá a la tierra, madre que da vida humana al Verbo de Dios, nuestra salvación».


martes, 3 de septiembre de 2013

GREGORIO, UN MAGNO PASTOR

Para honrar a este Papa santo y sabio, que por su extraordinaria labor mereció el nombre de "magno", la Iglesia se dirige a Dios con la siguiente oración: Oh Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, por intercesión del papa san Gregorio, concede el espíritu de sabiduría a quienes has dado el poder de gobernar, para que el progreso de las ovejas santas sea el gozo perpetuo de los pastores” (ut de proféctu sanctárum óvium fiant gáudia ætérna pastórum). Por nuestro Señor Jesucristo… (Oración colecta de la Misa de San Gregorio Magno, 3 de septiembre). Fina y sencilla súplica para pedir por todos los pastores que cumplen funciones de gobierno en la Iglesia: que Dios les conceda no tener más alegría que la de contemplar el caminar santo de su rebaño hacia la salvación eterna.