martes, 15 de septiembre de 2015

DÉJAME LLORAR CONTIGO

Fac me tecum plangere; Fac me vere tecum flere; Fac ut tecum lugeam; déjame llorar contigo.

En la preciosa secuencia de la Misa de hoy (Stabat Mater dolorosa) se reitera una misma súplica a la Virgen dolorosa: que nos permita llorar con ella. Se comprende entonces que llorar junto a su Madre, participar de sus mismas lágrimas, sea el medio más eficaz de acompañar y consolar a Jesús en la Cruz.

lunes, 14 de septiembre de 2015

UN GRITO DE JUAN PABLO II

Hoy fiesta de la exaltación de la Santa Cruz, me parece oportuno recordar lo que Juan Pablo II llamó el grito de la Iglesia al final del siglo XX: ¡qué no se desvirtúe la Cruz de Cristo! (cf 1 Cor 1, 17). Clamor que hoy es también advertencia celestial para no ceder a la tentación de vaciar de contenido la Cruz de Cristo, simplemente por temor a contristar al mundo. 
Decía entonces el santo Papa polaco:

“EL mundo de hoy trata de desvirtuar la Cruz… Ésta es la tradición anticristiana que se difunde ya desde hace varios siglos y pretende desvirtuar la Cruz, y quiere decirnos que el hombre no tiene sus raíces en la Cruz, que no tiene tampoco la perspectiva y la esperanza en la Cruz, que el hombre es sólo humano y debe vivir como si Dios no existiese… Non evacuetur crux Christi, que no se desvirtúe la Cruz de Cristo, porque, si se desvirtúa la Cruz de Cristo el hombre pierde sus raíces y sus perspectivas: queda destruido… Éste es el grito al final del siglo XX… Es el grito de toda la Cristiandad: de América, de África, de Asia, de todos. Es el grito de la nueva evangelización”.
(San Juan Pablo II, meditación al finalizar el Vía crucis en el Coliseo, 1-4-1994)

Texto completo en italiano: